La violencia contra las mujeres se llevó una nueva vida en circunstancias que todavía restan esclarecer. Rocío Fernández, una joven de 27 años, fue encontrada sin vida dentro de una heladera luego de estar desaparecida desde el viernes pasado en la ciudad de Mar del Plata. La búsqueda de la joven, que había comenzado días atrás, terminó de la peor manera con el macabro hallazgo realizado por la policía. Por el caso hay un sospechoso detenido.
Cerca de la medianoche del miércoles Juan Cruz Galarregui, de 56 años, fue detenido por la policía cuando intentaba abordar un colectivo con destino a Retiro. El hombre había escapado momentos antes por el fondo de la vivienda donde fue encontrado el cuerpo de Rocío ante la presencia policial.
Según confirmaron fuentes judiciales, los restos encontrados corresponden a la joven de 27 años, que estaba desaparecida desde el viernes pasado, cuando pidió un taxi y visitó a un amigo. La identificación fue posible en el lugar del hallazgo por un tatuaje que la joven poseía en su mano izquierda.
La autopsia reveló que Rocío sufrió un fuerte traumatismo encéfalocraneano y una fractura en el hueso hioides, en la zona de la laringe, lo que permite presuponer una asfixia mecánica por compresión cervical o de cuello. Fueron esas lesiones las que llevaron a la muerte a la joven. Además, su cuerpo presentaba golpes en el rostro, brazos y piernas.
El hallazgo fue posible gracias a que la policía advirtió que en la zona de la vivienda se había activado el teléfono celular que pertenecía a la joven. También se supo que le había comentado a un amigo dónde iba a estar y compartió la ubicación mediante un servicio de mensajería. El dato había llegado a tribunales cerca del mediodía del miércoles.
Sin embargo, la vivienda en la que se había activado el celular no era la misma en la que luego encontrarían el cuerpo. Al consultar a vecinos del lugar, estos indicaron que a metros de allí solían ver lo que calificaron como «movimientos con mujeres». Los policías fueron al lugar y vieron escapar al dueño, momentos antes de encontrar los restos.
Allí secuestraron al menos dos teléfonos celulares, uno que se presume podría ser de Rocío.