Las claves del nuevo proyecto que envió el Gobierno al Congreso y qué cambió con respecto al DNU

Con el DNU 70 frenado en la Justicia, el Gobierno impulsa ahora una “modernización laboral” dentro de la Ley Bases que tratará el Congreso, aunque arrancó con problemas: el borrador del proyecto, ya fue rechazado por la CGT y por el jefe del bloque de diputados nacionales de Hacemos Coalición Federal, Miguel Ángel Pichetto. ¿Por qué? Para la dirigencia cegetista, su contenido “es igual al DNU” que impugnó. Según el legislador opositor, “una reforma integral del sistema laboral debe ser discutido en un debate más profundo con sindicalistas y empresarios”.

En realidad, lo que trascendió es el último borrador de la Ley Bases y del proyecto de reforma fiscal que envió el Poder Ejecutivo a la Cámara de Diputados, y el capítulo laboral fue elaborado sobre la base del DNU e incluye algunas diferencias que surgen de proyectos de ley presentados por el PRO y la UCR e incluso, según destacaron fuentes oficiales, contemplan sugerencias de la CGT.

El único pedido evidente del gremialismo que contempló el Gobierno es dejar de hablar de “reforma laboral” y rebautizar como “modernización laboral” al objetivo de cambiar esa legislación con el objetivo de generar empleo genuino y corregir algunas normas que favorecen al poder sindical.

El secretario de Trabajo, Julio Cordero (Foto Nicolás Stulberg)

De la nueva propuesta laboral del Gobierno participó el secretario de Trabajo, Julio Cordero, y el texto oficial comenzará este miércoles y jueves su tratamiento en las comisiones parlamentarias, donde se espera un fuerte debate sobre algunos de los puntos más controvertidos de la propuesta libertaria.

Se mantiene en el capítulo laboral de la Ley Bases, tal como en el DNU y otros proyectos impulsador por la oposición dialoguista, la modificación de las multas por trabajo no registrado o mal registrado y la habilitación a que empresarios y sindicalistas acuerden dentro de la negociación colectiva un sistema indemnizatorio distinto, basado en el Fondo de Cese Laboral de la UOCRA.

En el borrador figuran la restrictiva reglamentación del derecho de huelga en actividades que son consideradas servicios esenciales; la penalización de las asambleas de trabajadores que terminan convirtiéndose en medidas de fuerza encubiertas; la limitación de la ultraactividad de los convenios colectivos, principio que obliga a mantener su vigencia hasta no negociar uno nuevo, y la calificación de “injuria laboral grave la participación en bloqueos o tomas de establecimiento”.

El Gobierno y la CGT se reunieron por primera vez hace dos semanas, pero el diálogo está interrumpido y sin perspectivas de reanudarse

El capítulo laboral de la Ley Bases tiene algunas diferencias respecto del decreto de necesidad y urgencia firmado por Javier Milei: por ejemplo, reduce de 8 a 6 meses el período de prueba de los trabajadores y limita de una forma más estricta que en el DNU las cuotas solidarias, el recurso más eficaz para el financiamiento de los sindicatos a través de los descuentos compulsivos a todos los trabajadores de una actividad, afiliados o no, de una suma pactada en los convenios colectivos.

Además, alivia las penas contra quienes bloqueen una empresa: el DNU 70 decía que esa acción será reprimida con 3 a 6 años de prisión y el borrador, con 6 meses a 3 años de prisión. Figura igual, sin embargo, otro artículo sobre el mismo tema: “Configura grave injuria laboral, como objetiva causal de extinción del contrato de trabajo, la participación en bloqueos o tomas de establecimiento”.

En realidad, el borrador del Poder Ejecutivo es más parecido al proyecto de ley presentado por la diputada del PRO Verónica Razzini, que responde en forma fiel a lo que buscaba el Gobierno con la reforma laboral original, porque su texto es un espejo del contenido del DNU 70.

Los principales puntos de la nueva “modernización laboral” del Gobierno son los siguientes:

Período de prueba

El contrato de trabajo por tiempo indeterminado se entenderá celebrado a prueba durante los primeros 6 meses de vigencia. Las convenciones colectivas de trabajo podrán ampliar dicho período de prueba hasta 8 meses, en las empresas de 6 y hasta 100 trabajadores, y hasta 1 año en las empresas de hasta 5 trabajadores.

Los bloqueos sindicales a las empresas, considerados una injuria laboral grave en la reforma laboral libertaria

Cuotas solidarias

El DNU les ponía límites al exigir que pueden descontarse del sueldo “sólo si existe un consentimiento explícito del empleado autorizando el mismo”, mientras que el borrador agrega ahora que “sólo se podrá descontar a los trabajadores no afiliados si hay consentimiento expreso de ellos” y aclara que “esta autorización podrá ser revocada”. “En ningún caso los empleadores estarán obligados a retener cuotas, aportes o contribuciones y depositar importes a más de un sindicato”, agrega.

Advierte que “los trabajadores no afiliados podrán oponerse a la retención de dichos conceptos, comunicando su voluntad explicita en los supuestos de: superar el 2% de su remuneración mensual bruta o resultar superiores a los exigidos a los trabajadores afiliados, en dicho caso la retención deberá efectivizarse hasta su concurrencia; pretender su exigibilidad sin especificar plazo alguno en su aplicación, o cuando éste excediera de 1 mes, contado desde la fecha de la celebración o renovación del convenio colectivo que la dispuso; no garantizar beneficios concretos y reales a los trabajadores no afiliados por el período de vigencia”.

“El empleador deberá proveer la inhibición o el cese de la retención desde que el trabajador le comunique su oposición, aunque no exprese el motivo”, finaliza.

 

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