Juntos por el Cambio atraviesa su crisis interna más profunda desde su aparición en la escena política

Juntos por el Cambio (JxC) atraviesa su crisis interna más profunda desde su aparición en la escena política como Cambiemos, en 2015, con enfrentamientos entre sus partidos miembros y entre los integrantes de esas organizaciones, especialmente el PRO, claramente en pugna por las candidaturas para 2023.

Varias de las prácticas de las que JxC dice abominar estuvieron siendo puestas en práctica por referentes de JxC en los últimos tiempos, y sin dudas en el cenit se ubicó el “te voy a romper la cara” espetado por Patricia Bullrich, nada menos que la jefa del PRO, a Felipe Miguel, el jefe de Gabinete de Horacio Rodríguez Larreta.

Indudablemente la jugada fue pensada, incluido el objetivo. Miguel proviene del G25, un grupo empresarial que es una cantera de la cual se aprovisionó el macrismo para su funcionariado, del cual también surgieron el exministro de Transporte Guillermo Dietrich o el Secretario de Innovación y Transformación Digital porteño, Diego Fernández.Otra prueba de que la maniobra de la exministra de Seguridad fue estudiada -incluida también la difusión del video con la increpación al funcionario en el marco de la presentación del libro de Mauricio Macri- consiste en que la amenaza está referida a unas declaraciones de Miguel de dos meses atrás.

Y golpear a Miguel fue herir el Talón de Aquiles del jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, quien en principio prefirió, mordiéndose los labios, tratar de continuar por el sendero zen.

Pero hubo nuevas provocaciones de la exministra de Seguridad para que reaccione, como cuando le reclamó que no le mande a los “soldaditos” a interpelarla.Allí Rodríguez Larreta no pudo dejar de recoger el guante y rememoró aquello que se conoció como el Teorema de Baglini (cuanto más lejos se está del poder más crítico se puede ser) al repudiar “esta cosa de ponerse a gritar desde la tribuna aquellos que no tienen responsabilidad, a ver quién grita más fuerte, quién insulta al otro”.

Bullrich siente, y lo ha dicho, que tiene el apoyo de la gente para ser Presidenta de la Nación, y en esta cruzada a la que está lanzada no trepida en avanzar incluso en el territorio que hasta no hace poco parecía exclusivo de Macri, al tiempo que continúa inclinándose hacia la derecha para capturar las adhesiones que en las últimas elecciones consiguió Javier Milei.

Rodríguez Larreta, en tanto, sigue confiando en su gestión en la Capital Federal y se arrima al radicalismo, que también afronta sus propios pesares.

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