Estiman que el lento florecer de los ejemplares en la ciudad de Corrientes se debe a factores climáticos.
El lapacho (Tabebuia impetiginosa) es una de las especies que embellecen con sus flores de distintos colores la ciudad de Corrientes, se los puede observar en la costanera, en algunas veredas, parques y plazas. Sin embargo, este último tiempo creció la preocupación por el lento florecer de estos árboles. Especialistas indicaron a El Litoral que algunas plantas no han podido perder todas sus hojas debido a los bruscos cambios de temperatura.
Los ejemplares se caracterizan por una intensa floración, que comienza hacia el final de los meses fríos y se intensifica durante la primavera; sin embargo, por la variación de las temperaturas algunos árboles no perdieron en su totalidad sus hojas y por ende se retrasa la floración de la especie nativa de Sudamérica y autóctona de la región del NEA.
La ingeniera agrónoma y profesora de Silvicultura en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Unne, Claudia Luna, señaló a El Litoral que “el lapacho florece durante los meses de julio a septiembre, la planta pierde totalmente sus hojas antes de la floración. Quizás por las temperaturas aún hay muchos lapachos que ni siquiera han perdido sus hojas”.
En las flores del lapacho se encuentra su máximo atractivo, en Corrientes crecen de color rosado, negro, amarillo y hasta blanco. Pero debido a los cambios climáticos puede que su crecimiento se vea afectado por estos factores, ya que según explican los especialistas en silvicultura, para esta época deberían estar saliendo las semillas de hasta 30 centímetros y que luego se dispersan con el viento.
“Está todo muy alterado, porque para esta fecha ya deberíamos estar cosechando frutos”, expresó a El Litoral Claudia Luna, ingeniera agrónoma y profesora de Silvicultura en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Unne.
Es un árbol caducifolio, que pierde sus hojas cada año, pero en este caso, se pudo identificar que algunos ejemplares no llegaron a perderlas antes de la estación invernal como debería, por lo que aumenta la preocupación. Estas especies pueden alcanzar entre 20 y 30 metros de altura, su corteza presenta un color castaño oscuro y desarrolla un diámetro que llega hasta los 80 centímetros de ancho.
La plantación de estos ejemplares requiere de una distancia de tres metros y medio, entre la calle y la vereda por lo que demanda mucho lugar. Debido a que son árboles majestuosos y su copa debe poder crecer demasiado, los vecinos deben tener en cuenta el espacio y pensar en su crecimiento.
En la ciudad de Corrientes se plantaron alrededor de 2500 árboles el año pasado y para este año se espera llegar a otros 3000 más, de los cuales cientos de ejemplares son lapachos rosados, amarillos y negros. Algunos son almacenadas dentro de las seis hectáreas del vivero municipal que cuenta con unos 20.000 ejemplares de otras especies nativas y otras exóticas que sirven para el embellecimiento de la ciudad.
(VT)
El Litoral