LA LEYENDA DEL PACAÁ

Según esta narración un joven muy haragán y perezoso que nunca duraba en ningún trabajo vivía en un humilde rancho con su anciana madre que lo amaba y se desvivía por atenderlo.

Pero un día este joven desapareció de su hogar y del lugar donde vivía. La razón era que había encontrado una tinaja con monedas de oro y joyas con piedras preciosas.

Eso le permitió comprar propiedades, ganado y hasta una estancia donde se radicó, rico y feliz, mientras su madre lloraba amargamente pensando al pasar el tiempo sin noticias, que
su amado hijo había muerto.

Pero un día un vecino de aquel rancho donde había vivido se enteró de la nueva vida de aquel joven egoísta y se lo contó a su madre.
Entonces, una fría noche de invierno esta se presentó en la estancia, enferma y hambrienta, quiso abrazarlo ante su indiferencia y le pidió que le cebara unos mates para reconfortarse por la larga travesía que había hecho caminando.

El mal hijo se negó con altanería diciendo ¡Opá el caá! (se acabó la yerba).
Entonces Tupá, su Dios, lo castigó por su desamor y su ingratitud.
Así lo transformó en un ave que al atardecer, al llegar la noche deja oír su canto triste, que suena como un eterno lamento, Opá el caá, opá

 

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